¿Por qué hay tanta gente en prisión?
El aumento constante del número de presos desde la Segunda Guerra Mundial se debe a dos causas principales: la primera es el aumento continuo de la duración de las condenas impuestas por delitos más graves y la segunda es la falta de confianza en la eficacia de las penas no privativas de libertad para delitos menos graves. Estos factores podrían haberse compensado si el encarcelamiento hubiera sido una ocasión para una rehabilitación eficaz, pero no ha sido así. Otras causas son el aumento de la exigencia de que muchos presos cumplan dos tercios de la condena antes de ser puestos en libertad y el hecho de que las condiciones de la libertad condicional se apliquen ahora a la totalidad de la condena. El número de presos que vuelven a ingresar en prisión durante este período de supervisión se ha disparado.
La cuestión
Contrariamente a la percepción pública, los datos oficiales muestran una disminución a largo plazo de los tipos comunes de delincuencia desde la década de 1990. El número de homicidios registrados por la policía ha disminuido desde principios de la década de 2000 y el volumen de delitos violentos ha disminuido significativamente desde un pico en 1995. Este fenómeno se observa en los países de altos ingresos y los investigadores han explorado las posibles causas, señalando una amplia gama de factores socioeconómicos y políticos, como la mejora de la seguridad y la vigilancia, el crecimiento económico y el envejecimiento de la población. Hay poca evidencia de que el aumento de la violencia en los países de ingresos altos haya contribuido a este fenómeno. El uso de penas de prisión más largas ha contribuido a reducir las tasas de delincuencia. De hecho, un 2014 Estudio de la Fundación Pew Se descubrió que la mayoría de los estados de EE. UU. que han reducido la cantidad de uso del encarcelamiento en los últimos años (impulsados en gran parte por preocupaciones económicas) han descubierto que las tasas de criminalidad han disminuido.
Pero a pesar de estas tendencias a la baja, tanto el número de sentencias de prisión como, fundamentalmente, su duración, han aumentado drásticamente. La proporción de sentencias de prisión inmediata dictadas por delitos procesables o susceptibles de ser enjuiciados en ambos sentidos entre 2002 y 2022 aumentó del 25% al 34%, mientras que el uso de otros tipos de sentencias disminuyó.
En los últimos 10 años, la duración promedio de la pena de prisión por delitos procesables aumentó de 18 meses en 2013 a casi 23 meses en 2024. El gráfico que he reproducido a continuación proviene del más reciente (agosto de 2024). Estadísticas de justicia penal del Ministerio de JusticiaTambién ha aumentado la aplicación de las penas más severas. En la actualidad, casi 11.000 personas cumplen una pena indefinida, lo que supone el 16% de la población carcelaria condenada, frente al 9% en 1993.
El número de presos condenados a cadena perpetua que cumplen una pena mínima de más de 20 años aumentó más del doble entre 2013 y 2023. En junio de 2024, había 67 personas cumpliendo cadena perpetua (en comparación con 43 una década antes). Esta no es solo una tendencia reciente; la duración de las condenas ha aumentado de manera constante, y aproximadamente se ha duplicado, en los últimos 50 años.