El racismo sistémico se refiere a leyes, políticas e instituciones que otorgan ventajas injustas a algunos grupos raciales mientras dañan a otros. En muchos lugares, como Estados Unidos, Sudáfrica, Europa y Corea del Sur, el racismo sistémico sigue siendo un problema persistente.
La raza no existe como un hecho biológico o genético, sino que es una realidad social y política. El racismo ocurre cuando la raza se utiliza para justificar la discriminación y los prejuicios. La mayoría de las veces, esta discriminación se dirige a personas pertenecientes a una minoría étnica o a un grupo marginado. El racismo tiene muchas formas, pero la más generalizada –y la más incomprendida– es el racismo sistémico. En este artículo, definiremos el racismo sistémico, brindaremos ejemplos y describiremos algunas de las mejores formas de tomar medidas contra él.
¿Cómo se outline el racismo sistémico?
El racismo sistémico se refiere a las políticas y prácticas discriminatorias incorporadas en la sociedad y las instituciones, incluidas las agencias gubernamentales, el sistema de justicia penal, las corporaciones y mucho más. A diferencia del racismo con el que la mayoría de la gente está familiarizada, el racismo sistémico no requiere una intención de discriminar. Eso explica por qué las leyes y políticas que no mencionan explícitamente la raza o el origen étnico aún pueden contribuir al racismo sistémico. ¿En qué se diferencia el racismo sistémico de otras formas de racismo? Para responder a esta pregunta es necesario definir el cuatro tipos principales de racismo: particular person, interpersonal, institucional y sistémico.
- Racismo particular person: actitudes, creencias y acciones racistas de individuos, tanto conscientes como inconscientes
- Racismo interpersonal: interacciones y expresiones racistas entre individuos, como insultos, discriminación y acciones de odio
- Racismo institucional: racismo dentro de una organización, como políticas y prácticas injustas o sesgadas basadas en la raza
- Racismo sistémico: racismo en todos los niveles de la sociedad
El racismo institucional y sistémico a menudo se utilizan indistintamente. Kwame Ture (entonces Stokely Carmichael) y Charles V. Hamilton acuñaron el término “racismo institucional” en 1967 en su innovador libro. Poder negro: la política de liberación. En este libro, los autores definen el “poder negro” y exploran las raíces del racismo en los Estados Unidos. Escriben que el racismo institucional es más difícil de identificar porque es más sutil y proviene de fuerzas sociales establecidas y respetadas.
¿Cómo es el racismo sistémico?
El racismo sistémico es un problema complejo y multifacético, pero la historia proporciona muchos ejemplos claros. Aquí hay cuatro que debe conocer:
Segregación en los Estados Unidos
Después de que la Guerra Civil estadounidense puso fin a la esclavitud, el país inició un proyecto de reconstrucción. Su objetivo period crear una sociedad donde los blancos y los negros pudieran vivir juntos en paz, pero esencialmente fracasó. A raíz de este fracaso, los estados del sur comenzaron a crear un sistema de segregación racial mediante Leyes de “Jim Crow”. Los servicios públicos estaban divididos por raza, y si bien se suponía que el sistema period “separado pero igual”, los ciudadanos negros casi siempre recibieron escuelas, hospitales, viviendas y más de peor calidad.
Una serie de leyes de la década de 1960 (la Ley de derechos civiles de 1964, la Ley de Derecho al Voto de 1965 y la Ley de Vivienda Justa de 1968) acabaron oficialmente con la segregación en los Estados Unidos, pero el racismo sistémico todavía existe hoy. Según un informe de la Liga Urbana Nacional de 2022, los estadounidenses negros obtienen 73,9% de lo que obtienen los estadounidenses blancos. El ingreso acquainted medio es menor y se benefician menos de ser propietario de una vivienda. De hecho, las parejas negras tienen más del doble de probabilidades que las parejas blancas de que se les niegue una hipoteca o un préstamo para mejoras en el hogar. Estos son sólo algunos de los muchos ejemplos de racismo sistémico en los Estados Unidos.
Apartheid en Sudáfrica
En 1948, el Partido Nacional, exclusivamente blanco, ganó las elecciones en Sudáfrica y estableció el apartheid, un sistema basado en la segregación racial. Todos los sudafricanos no blancos, que constituían la mayor parte de la población, se vieron obligados a utilizar instalaciones públicas separadas y a vivir separados de los blancos. El matrimonio interracial fue criminalizado, millones de ciudadanos negros fueron trasladados de sus hogares y a los negros no se les dio ningún poder ni representación política.
La gente se rebeló contra el apartheid durante años y, poco a poco, la comunidad internacional se dio cuenta. En la década de 1980, el apartheid estaba fracasando. En 1994, el gobierno finalmente cedió y el país puso fin al apartheid con una nueva constitución y liderazgo. El racismo sistémico sigue siendo un problema. Según el World Inequality Lab, la desigualdad de riqueza en Sudáfrica no ha cambiado desde el apartheid. Los ciudadanos negros todavía enfrentan un sistema educativo inadecuado, mientras que muchos todavía viven en municipios aislados construidos para ciudadanos negros.
Discriminación contra los gitanos en Europa
El pueblo romaní, que es un grupo étnico tradicionalmente nómada indoario, ha enfrentado discriminación durante siglos. En Europa, a menudo fueron esclavizados, obligados a asimilarse y vistos como criminales, vagos y mentirosos. Durante la Segunda Guerra Mundial, los nazis persiguieron a los romaníes, los despojaron de su ciudadanía y finalmente los encarcelaron en campos de concentración. Se desconoce cuántos murieron, pero podrían ser tantos como 500.000.
Continúa la discriminación sistémica contra los romaníes en Europa. Son la minoría étnica más grande del continente y 80% de ellos viven por debajo del umbral de pobreza. Debido a los estereotipos persistentes y las barreras institucionales, es más difícil para los romaníes encontrar trabajo, buena vivienda, buena atención sanitaria y oportunidades educativas. Durante el apogeo de la Covid-19, los romaníes se enfrentaron a mayores riesgos, así como a una falta de recursos. El discurso de odio contra ellos también aumentó, ya que a menudo se culpa a los romaníes de propagar enfermedades.
Discriminación de minorías en Corea del Sur
Corea del Sur tiene una fuerte identidad nacional, que lamentablemente ha dado lugar a muchos ejemplos de racismo sistémico contra las minorías étnicas. En la década de 2000, la inmigración a Corea del Sur aumentó. Esto también llevó a un aumento de la discriminación. Como explica un colaborador del Korea Herald, el shade de la piel importa. Si bien los coreanos están en la cima de la jerarquía racial, los blancos son vistos más favorablemente que las personas de piel más oscura, incluidos los inmigrantes del sur y sudeste asiático, los negros y los del Medio Oriente. La historia del ejército estadounidense en Corea del Sur podría ayudar a explicar esta preferencia por la blancura.
En 2022, Human Rights Watch informó Discriminación “generalizada” contra minorías raciales y étnicas, así como contra refugiados y migrantes extranjeros. Durante los primeros días de la COVID-19, los extranjeros fueron inicialmente excluidos de los fondos de ayuda. Las personas de raza mixta también enfrentan una discriminación significativa. Como Corea del Sur no tiene una ley contra la discriminación, el racismo sistémico deja a los afectados sin recursos legales.
¿Cuáles son las mejores formas de actuar contra el racismo sistémico?
Por su naturaleza, el racismo sistémico está presente en todos los niveles de la sociedad, por lo que tomar medidas contra él es un desafío. Sin embargo, no es imposible. Aquí hay cinco formas de combatirlo:
#1. Identificar las formas de racismo sistémico.
Para tomar medidas eficaces, primero debemos identificar cómo se ve el racismo sistémico. Como han explicado los expertos, El racismo sistémico es más sutil. que el racismo particular person o interpersonal. A menudo esto se debe a que los problemas provienen de viejas y abiertas formas de discriminación, como la segregación racial en Estados Unidos y el apartheid en Sudáfrica. Las leyes anularon el derecho de los gobiernos y las instituciones a discriminar directamente, pero los resultados racistas persisten. Una vez que comprendamos mejor qué prácticas, leyes y políticas contribuyen a resultados desiguales basados en la raza, podremos comenzar a cambiar la sociedad.
#2. Performed a organizaciones que luchan contra el racismo
Organizaciones y activistas han luchado contra el racismo sistémico desde que existe. Su trabajo incluye investigación, promoción, ayuda, capacitación y mucho más. Desafortunadamente, a menudo tienen dificultades para encontrar los fondos que necesitan para realizar su trabajo de manera eficaz. Cualquiera puede participar en el trabajo antirracista donando su dinero, tiempo, experiencia y otros recursos.
#3. Impulsar cambios en leyes y políticas
El racismo sistémico sobrevive a través de leyes, políticas y otras prácticas que crean resultados injustos. Como las leyes no suelen ser claramente racistas, a menudo se ignoran. Los resultados desiguales se atribuyen a otros factores. Quienes están en el poder no ven la necesidad de un cambio o prefieren el established order donde ciertos grupos obtienen más privilegios que otros. Puedes actuar llamando la atención sobre estas instituciones injustas y exigiendo cambios. Las protestas, peticiones, envío de cartas, boicots y otras medidas pueden ayudar a crear conciencia y ejercer presión sobre quienes están en el poder.
#4. Abogar por la equidad
Deshacer las prácticas y políticas discriminatorias es un paso esencial, pero es necesario que algo nuevo ocupe su lugar. Como lo demuestran lugares como Estados Unidos, poner fin a la segregación no conduce milagrosamente a una utopía de igualdad y justicia. Los blancos recibieron años de ventajas económicas, políticas y sociales, dejando muy atrás a los negros y otras minorías étnicas. Las leyes que dan a todos los mismos recursos y oportunidades ignoran este hecho y permiten que la desigualdad perdure. Para poner fin al racismo sistémico, la sociedad también necesita establecer sistemas equitativos que lleguen a las personas dondequiera que estén y las atiendan en función de sus necesidades.
#5. Construir solidaridad
El racismo sistémico se dirige a unos pocos grupos específicos, pero termina perjudicando a todos. La acción colectiva es esencial, lo que significa generar solidaridad más allá de las líneas étnicas y raciales. Las organizaciones y activistas antirracistas comprenden la importancia de la solidaridad, razón por la cual a menudo hacen campaña y desarrollan planes de acción con otros grupos. Para involucrarte en el trabajo solidario, puedes empieza por educarte a ti mismo sobre las formas únicas en que el racismo sistémico daña a varios grupos, lo que han hecho los activistas en los años pasados y qué trabajo se está haciendo ahora. Como dijo la líder de derechos civiles Fannie Lou Hamer: «Nadie es libre hasta que todos sean libres».
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